La Organización Latinoamericana de Energía (OLADE) es un organismo de cooperación, coordinación y asesoría técnica, de carácter público intergubernamental, constituido el 2 de noviembre de 1973 mediante la suscripción del Convenio de Lima, ratificado por 27 países de América Latina y El Caribe, con el objetivo fundamental de fomentar la integración, conservación, racional aprovechamiento, comercialización y defensa de los recursos energéticos de la Región.

OLADE, surge de la búsqueda de una nueva relación económica equitativa entre países de América Latina y el Caribe, en un contexto regional marcado por grandes desequilibrios entre la estructura del consumo energético y la capacidad de satisfacerlo con fuentes locales. A inicios de la década del setenta, durante la crisis de precios del petróleo, las autoridades energéticas de América Latina y el Caribe, como resultado de dos reuniones consultivas, valorando a la integración como una opción alentadora para la cobertura de las necesidades energéticas de la región y una solución gradual a los grandes desfases en las balanzas comerciales de los países importadores de petróleo, se plantearon la instauración de un organismo regional dedicado al desarrollo energético.

Conscientes de la necesidad de coordinar acciones para el desarrollo de los recursos energéticos y atender de manera conjunta los problemas relativos a su eficiente y racional aprovechamiento, los ministros de energía de la región se dieron cita en Lima, Perú para constituir un organismo intergubernamental dirigido a promover la utilización de los recursos energéticos como factor de integración regional reafirmando la importancia de coordinar acciones solidarias para su defensa y preservación.

En este contexto los plenipotenciarios designados por los Estados Miembros fundadores, el 2 de noviembre de 1973 suscribieron el Convenio de Lima, instrumento que, a la vanguardia de sus tiempos, se propone mediante la creación de un organismo de cooperación y asesoría, fomentar una integración energética basada en la solidaridad de acciones para el desarrollo independiente de los recursos energéticos. Para la concreción de tales fines el tratado constitutivo de OLADE plantea la promoción de políticas nacionales efectivas dirigidas a garantizar el racional aprovechamiento de los recursos energéticos sirviendo de plataforma al diseño e implementación de una política energética regional que facilite a los Países Miembros insertarse como bloque en el escenario internacional. En este sentido, el Convenio de Lima incluye entre los objetivos y funciones de OLADE, la coordinación de negociaciones interestatales tendientes a asegurar el suministro estable y suficiente de la energía necesaria para el progreso integral de las naciones, propendiendo la industrialización y el correspondiente desarrollo y complementación de infraestructura y medios de transporte.